El consumidor moderno de moda, espera algo más que una relación transaccional con las marcas a las que compra ropa. Quiere una experiencia de compra auténtica, personalizada y fluida que refleje el contexto específico de cómo y por qué elige una marca y no otra. Esto requiere un control más allá del abastecimiento de las tiendas físicas y presenta retos para toda la cadena de suministro de la marca. Una etiqueta ya no es razón suficiente para asegurar una venta. Los clientes quieren saber más sobre las empresas a las que compran, como el impacto medioambiental, la sostenibilidad del producto y la circularidad.
Entonces, ¿por qué es importante? El giro de la demanda hacia experiencias integrales de la marca está forzando a las marcas de moda a adaptarse a las nuevas circunstancias y expectativas creando cadenas de valor más resilientes, conectadas y transparentes que cumplan con el lema de la marca, independientemente de los retos de la industria. En un informe del sector de McKinsey, los expertos del sector Elizabeth Hunter, Sophie Marchessou y Jennifer Schmidt escribieron: "Estar de moda ya no es garantía de ventas y rentabilidad en el sector de la moda", argumentando que el conocimiento del cliente es ahora una faceta crucial en todo el proceso de producción, desde el diseño hasta la distribución.
Para recoger y ejecutar este conocimiento del cliente, las marcas deben contar con una infraestructura conectada y colaborativa a lo largo de toda la cadena de valor. Esto no es una tarea fácil, ya que requiere que las marcas creen y fomenten un ecosistema digital que permita a los socios enlazar sistemas, procesos, datos, departamentos, empleados y otros actores externos para formar una red unificada e integral. Estas redes colaborativas hacen algo más que abordar únicamente las necesidades de los consumidores y pueden ayudar a las marcas a crear una estrategia operativa más resiliente e innovadora.
Sin embargo, coordinar la compleja actividad de la cadena de suministro entre diferentes zonas horarias, socios comerciales y sistemas de información sigue representando un reto para muchas organizaciones, sobre todo debido a la ausencia de la tecnología adecuada. A este reto se le suma la actual pandemia sanitaria global, que ha acelerado la necesidad de transformación al interrumpir las cadenas de suministro desde el origen hasta las tiendas y ha obligado a las marcas a replantearse sus modelos de negocio para continuar siendo competitivas. Aquellos que reaccionen con lentitud, sean incapaces de cambiar o no prevean que la inacción les conduce a su desaparición, se quedarán atrás. Para las empresas que sobrevivan a la pandemia, es probable que la industria de la confección post-Covid esté digitalizada, conectada y sea colaborativa.
Para saber más sobre este tema y obtener información práctica sobre cómo su organización puede crear una red digitalizada, conectada y colaborativa, consulte esta guía de mejores prácticas.
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